martes, 18 de mayo de 2010
El hombre de hoy no es mejor, solo está mejor informado”
"Usé mi primera computadora en 1981, 1982. Tenía instalado un sistema que ya no existe más, el DOS CPM, con disquetes de ocho pulgadas que, estoy seguro, hoy nadie conoce". Howard Rheingold, uno de los mayores expertos en el impacto de Internet en el mundo de nuestros días –creó, por ejemplo, el término 'comunidad virtual’–, nos habla de su ingreso al mundo de las computadoras.
¿Se imaginaba la revolución que las computadoras iban a originar?
En 1985 yo escribí un libro, Herramientas para el pensamiento, donde expliqué mi visión del futuro. Claro, no podía vislumbrar la creación de herramientas como el photoshop o YouTube, pero sí me di cuenta de que iban a existir usos muy poderosos, y que iban a aparecer miles y miles de usuarios.
Tan importante como el desarrollo de las computadoras fue la aparición de Internet. ¿Recuerda su primera experiencia con una web?
Si leemos el libro Tejiendo la red, de Tim Berners-Lee, él habla de una persona en California que, a principios de los años 90, paseaba mostrando Internet. Él vino, en 1993, al lugar donde yo trabajaba, a mostrarnos la red y su uso. Era una cosa muy primitiva, pero me di cuenta de que era eso a lo que yo me quería dedicar toda mi vida.
Nació en la era de la imprenta y ahora estamos en la era de la computadora. Esto ha generado un cambio cultural y mental que usted valora como positivo. ¿Por qué es positivo?
Cuando tocamos el tema de un impacto positivo o negativo, hay que hablar de valores. Cualquier cambio tiene beneficios y pérdidas. Cuando pasamos de la era de los copistas a la era de la imprenta, definitivamente se perdió algo. La cuestión es que los beneficios siempre sean mayores que las pérdidas. Y me parece que los beneficios de la era actual son mayores que sus pérdidas. Ahora existe mucha gente que accede a la información y, claro, eso implica que muchos reciban información errónea o equivocada.
Pero es mejor tener buena y mala información que no tenerla. Lo que debemos aprender es a discernir…
Ha dado usted en el clavo. Quizás esa sea la responsabilidad más importante de la era actual. La gente tiene que estar educada para ser capaz de determinar cuál es la información certera y cuál es la información errónea.
Dicen que la tecnología amplía las brechas sociales, que es una nueva forma de discriminación…
En cada cambio cultural hay valores y experiencias que se pierden. Por ejemplo, no hemos escuchado las mismas canciones que nuestros abuelos, ni compartimos muchos de sus ritos: no sabemos tejer ni bordar con palitos. Definitivamente, esto es una pérdida cultural, tanto del individuo como de su sociedad. Dicho esto, si las nuevas tecnologías causan un impacto negativo en las personas, es algo que no debemos ocultar sino estudiar y, obviamente, paliar o eliminar sus efectos.
Fue el primero en usar el término 'comunidad virtual’. Dicen que las comunidades virtuales nos alejan del contacto real…
Yo prefiero usar 'físico’ antes que 'real’. Para muchas personas, estas relaciones virtuales son muy reales. Ahora, es obvio que no es saludable evitar el contacto directo con otros seres humanos. Las interacciones presenciales que encontramos en comunidades pequeñas también tienen algunas deficiencias. Por ejemplo, si uno no es como los demás, va a ser marginado. Yo creo que lo que está cambiando es la naturaleza misma de nuestras interacciones: pasamos del campo a centro urbano y, claro, hay muchos que se oponen a esto; pero aquí lo importante es que así como hay quienes apoyan a las comunidades virtuales, a la tecnología, haya espacio para las visiones críticas. No hay solo que usar la tecnología, hay que preguntarse siempre por qué.
¿Un hombre del siglo XXI es mejor que uno de hace algunas centurias?
Depende de qué ser humano.
Seré atrevido: ¿Bill Gates es mejor que Descartes?
Descartes dijo, en el siglo XVII, que no podíamos conocer el mundo porque, por entonces, se creía, por ejemplo, que las enfermedades se producían por brujas, por extranjeros o por los pecados de la gente. La ciencia nos ha mostrado que las enfermedades no son causadas ni por brujas ni por extranjeros, sino por las bacterias. El hombre de hoy no es mejor ni peor que el de antes, pero sí está mejor informado, tiene más elementos para discernir.
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